HUMOR FILOSÓFICO

El Gallo

El Gallo (Rafael Gómez Ortega),

fue un torero español

muy famoso, hermano del

más famoso aún Joselito, que

se relacionaba con lo mejor

de la sociedad de su tiempo.

Cierto día alguien quiso presentarle

a Don José Ortega y

Gasset y al preguntar quién

era este señor le contestaron

que era el más eminente filósofo

español del momento.

Entonces, el matador pidió

que le explicaran en qué consistía

su profesión. “Los filósofos

se dedican a pensar” le

contestaron. Asombrado, el

Gallo contestó “Hay gente

pa' tó”.

martes, 25 de mayo de 2010

EFECTO "BOLA DE NIEVE"

¿Os imagináis un dibujo
animado en el que aparece
una pequeña bolita de
nieve en lo alto de una
colina muy, muy inclinada,
y que empieza a rodar? Se
hace cada vez más grande
y coge más velocidad a
medida que va rodando
ladera abajo, llega un momento
en que se hace tan
grande y la velocidad es
tan vertiginosa que parece
que se va a estrellar contra
la pantalla del televisor
y nos va arrollar, parece
que nos vamos a morir
asfixiados por esa enorme
masa blanca totalmente
fuera de control.
Este ejemplo explica perfectamente
lo que siente
una persona cuando atraviesa
un ataque de ansiedad,
muchas veces no sabe
cuándo ni por qué ha
empezado, pero sí tiene
una sensación clara de que
de repente ha cogido una
velocidad “aquello” que
no hay forma de controlarlo.
Las personas se suelen
asustar mucho ante
ese descontrol, porque no
entienden qué es lo que les
está pasando.
Algunos sólo se dan
cuenta de los síntomas físicos
que sienten, por ejemplo,
sudoración, taquicardias,
palpitaciones, falta
de aire, embotamiento…;
otras personas, por el contrario,
son más conscientesdel tipo de pensamientos que
están implicados. Estos pensamientos
son siempre negativos
y normalmente miedos relacionados
con algo que creemos
que nos va a ocurrir en un futuro
inmediato o a corto plazo,
como si pudiéramos leer el futuro
sin equivocarnos; son pensamientos
que nos repetimos
miles de veces en décimas de
segundos, por ejemplo: "seguro
que me sale mal el examen y
lo suspenderé”, “si lo suspendo,
seguro que no apruebo la asignatura”,
“entonces la nota de
bachillerato no será muy alta y
no podré entrar en la carrera
que me gusta”, “tendré que
estar estudiando o trabajando
en algo que no me guste”…
Como podemos observar
una persona que esté pensando
así está sufriendo una ansiedad
desproporcionada, exagerada.
Cree que lo que está
pensando le va a ocurrir por el
simple hecho de estar pensándolo,
sus pensamientos no son
realistas, no están bien razonados,
uno no sabe lo que realmente
le va a pasar con un
100% de seguridad hasta
que esa situación pase. ¡Si
por suspender un examen
nos pasara esto!
La clave, por tanto, en un
ataque de ansiedad, desde
el punto de vista psicológico
y físico, es su desproporción
respecto a la realidad.
Os puedo asegurar que
existen niveles de ansiedad,
incluso ataques de ansiedad
completamente sanos, convenientes
para nuestra supervivencia.
La ansiedad es
un mecanismo de defensa,
sin ella no tendríamos los
reflejos mentales ni físicos
necesarios para salir airosos
de muchas situaciones críticas,
pero ya un ataque de
ansiedad con los síntomas
que he nombrado anteriormente,
es un problema.
En fin, toda persona que
no quiera sufrir una crisis de
ansiedad ha de tener como
objetivo no dejar rodar esa
bola de nieve y en caso de
que empezara a rodar, poner
un tronco tan grande y
fuerte delante que fuese imposible
que siguiese aumentando.
Es decir, llenar nuestra
mente de pensamientos
positivos que contrarresten
los negativos que nos producen
la ansiedad.
Inmaculada Gómez García
(1º BCyT)

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