Desde la falda de tu paisaje, la luz se cuela en un valle imposible. Cae el misterio y se derrama desde arriba la invasión del etéreo rumor de los astros. Aquella misma canción que hacía dormir los acantos en capiteles de insonoras estancias cuajadas en el tiempo de los siglos. Restaura el color de la vigésima dinastía de los apátridas, devuelve a los que se fueron y relata los episodios de las caracolas que cantaban desde la profundidad del mar del deseo. Tensa las maromas de la embarcación profunda de tus párpados y a lo lejos tililan las luces de los barcos rebuscando en la plana sombra rizada de la espalda del mar. Aquí, sobre la piel inmersa en la oscuridad una cresta bañada de azul delinea con un estilógrafo la silueta brillante de una cordillera de cambiante orografía. La resistencia del ser contra la Nada se trueca en visión plasmática, huella sensible atornasolada. Pasillo estrecho de blancos y plomos: relatos de extranjeros en las costas de tu vientre, sobre los hombros un mercante deja su bramido nocturno. Allá abajo serpentea el camino como una cinta de plata que termina en el borde de la cama. Azul, blanco y plomo".
Benjamín Castillo Barragán (Jefe de Estudios)
Benjamín Castillo Barragán (Jefe de Estudios)
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