HUMOR FILOSÓFICO

El Gallo

El Gallo (Rafael Gómez Ortega),

fue un torero español

muy famoso, hermano del

más famoso aún Joselito, que

se relacionaba con lo mejor

de la sociedad de su tiempo.

Cierto día alguien quiso presentarle

a Don José Ortega y

Gasset y al preguntar quién

era este señor le contestaron

que era el más eminente filósofo

español del momento.

Entonces, el matador pidió

que le explicaran en qué consistía

su profesión. “Los filósofos

se dedican a pensar” le

contestaron. Asombrado, el

Gallo contestó “Hay gente

pa' tó”.

jueves, 18 de marzo de 2010

LOS SOFISTAS: ¿MAESTROS DE LA CORRUPCIÓN POLÍTICA?

Nuestra sociedad se basa muchas veces
en las apariencias para conseguir un fin.
Centrándonos en la España en que vivimos
(no nos tenemos que ir muy lejos), muchas
veces te das cuenta de que el sistema no
funciona, un ejemplo de ello es la política.
Para qué voy a mentir, no tengo mucho
conocimiento político, pero hay que estar
sordo y ciego para no darse cuenta de la
corrupción que tenemos a nuestro alrededor.
Es habitual poner la televisión y ver
cada día cómo se destapan nuevas tramas
de corrupción en los ayuntamientos, y ¡ojo!
no estoy diciendo que todos los políticos
sean iguales, es más, no distingo color político.
Esto es porque, al final, la gran mayoría
se basa en las mismas argucias y
“matizaciones” de la verdad para mantener,
bajo su apoyo, tranquilas y contentas a las
masas. Un ejemplo concreto de ello, lo
tenemos en la comparación de las declaraciones,
durante el secuestro del’Alakrana,
del capitán del barco y del ministro de
asuntos exteriores, el señor Moratinos:
mientras que el capitán del barco decía que
se habían quedado sin víveres, se estaba
agotando el agua y las condiciones en que
se encontraban eran infrahumanas, este
político decía que no había que preocuparse,
que los secuestrados estaban bien y que
poseían suficientes víveres y agua. Y todo
esto en el mismo telediario. ¿Cómo confiar
en un gobierno que matiza la verdad? Y no
porque esté a favor o en contra de ningún

partido político, ya que se suele criticar al
partido que gobierna en ese momento, que
es al que se le ven los fallos. Pero es una
realidad que está presente, sea cual sea el
que gobierne.

Y, curiosamente, los políticos utilizan los

mismos métodos que enseñaban los sofistas,
aunque más sofisticados. Una manera de
verlo es considerar a los sofistas como los
primeros maestros en las técnicas de convencimiento
de las masas y, por lo tanto,

la ley no escrita del ascenso al poder del
más “hábil engañador” (significado que
adquiriría el término “sofista” a través de
los diálogos platónicos).

Aunque, claro está, para gusto los colores.
De este modo, tenemos en la historia
diversas interpretaciones de la sofística.
En su época, Sócrates criticaba su relativismo
y escepticismo. Más tarde, Platón le
reprocharía la decadencia ateniense, la
corrupción del saber y de las costumbres.
Sin embargo, Aristóteles le reconoce mejores
intenciones e intenta resolver, sin
argumentos ("ad hominem"), los problemas
que plantearon los sofistas. Modernamente,
se ha tendido a ver en la sofística
su papel educador y su labor de ilustración,
comparándola en parte con la Ilustración
europea del siglo XVIII, con la que
tiene innegables semejanzas.

Así pues, ¿Crees que fue buena la labor
de los sofistas o, por el contrario, no hicieron
otra cosa que difundir los métodos
para que un gobierno se vuelva corrupto?
Cada uno tiene su opinión. ¿Cuál es la
tuya?

María de la Cruz Sánchez Gómez
(2º BCyT)

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